El Banco de Japón mantiene sin cambios los tipos de interés y la curva de rendimientos
El Banco de Japón ha decidido una vez más no modificar su política de tipos de interés en una reciente reunión. Además, el BOJ también ha decidido continuar con su política de control de la curva de rendimientos. En general, los mercados están decepcionados, ya que esperaban una postura más agresiva por parte del Banco de Japón.
Tras el anuncio del BOJ, el yen japonés (JPY) bajó y perdió un 2% de su valor frente al dólar estadounidense. Como resultado, el par USD/JPY se acercó por última vez al nivel de 130.75, lo que indica la fortaleza del dólar. Del mismo modo, los bonos del gobierno de Japón también bajaron un 3% tras el anuncio.
El tipo de interés japonés se mantiene sin cambios en el -0,1%.
La política a corto plazo del Banco de Japón se mantiene sin cambios, al igual que la política a largo plazo. Así pues, por ahora, el tipo de interés en Japón se sitúa en el -0,1%, algo poco frecuente si miramos al resto del mundo.
Según los expertos, es el séptimo año consecutivo que Japón mantiene su política de tipos de interés bajos e incluso negativos.
El banco central también dejó claro que mantendrá el rendimiento de sus bonos a 10 años entre el 0,5% y el -0,5%. Sin embargo, los mercados esperaban un cambio en la política de la curva de rendimiento por parte del banco central.
Anteriormente, los analistas opinaban que el control de la curva de rendimientos tendría un rango más amplio. Y la razón de esta expectativa era la lucha del banco central por gestionar la inflación en Japón.
Por ahora, el objetivo de inflación del BOJ está fijado en el 2% anual. Por eso el banco ha dejado claro que sus políticas seguirán asistiendo a la economía del país.
Además, el BOJ también ha pronosticado que la inflación a corto plazo seguirá siendo elevada. Y no será hasta mediados de 2023 cuando veamos descender la inflación.
En un mundo lleno de bancos centrales de línea dura, parece que Japón es una rara excepción y sigue su propio camino. Y eso no es malo, teniendo en cuenta que Japón sigue siendo una economía fuerte en el mundo.